TRAGEDIA Y GLORIA

TRAGEDIA Y GLORIA

Con estas páginas anteriores he puesto al lector en disposición de comprender la relación que iba a existir entre la fotoperiodista y Brunete.

Es de dominio público el reportaje que realizó Gerda aquella mañana en Brunete; sirvió para demostrar al mundo cómo es un pueblo reconquistado para la democracia. A pesar de que el reportaje se llevó a cabo el propio 6 de julio, no se publicó, en París y por la revista Regards, hasta el día 22, cuando ya se sabía que la operación para liberar Madrid había fracasado. 

011tragediaygloria

No sé si alguna persona de Brunete, de los que vivieron la Guerra, vería esas fotos en su día. A mí me impacta el tachón de arriba España y sustituido por el viva Russia, letrero que había pintado  Ángel González  Tardez ;-20- en la puerta de la sede de Falange. Parece mentira cuánto los adoctrinaron con Rusia para dar prioridad a borrar la simbología. En ese momento debían estar ya en Alcorcón, pero se quedaron, por miedo a quedar aislados teniendo como tenían dos divisiones en reserva, la de Kléber y la de Durán, y ocho brigadas. Fue más fácil saquear el pueblo. 

El reportaje es un collage con el que querían, a primer golpe de vista, transmitir todo lo que representa una victoria. No publicaron fotos de Quijorna, ni de Villanueva de la Cañada, donde estaban los combates; sólo incluyeron con letras muy pequeñitas que eran “villas reconquistadas” —Villanueva lo fue al día siguiente, el 7, y Quijorna el 10—. 

012tragediaygloria

Posiblemente lo que perseguían con semejantes fotos era la obtención de muchas donaciones. Como soy de Brunete, me duele la forma en que las usaron: la fila de prisioneros, triste desde el lado que se mire; María (seguramente) con su hijo Mariano en brazos; Pedro Paz con su chaqueta, la que Felipa, su mujer, le ofreció por la noche cuando se lo llevaron; unos milicianos mirando un antitanque que no debían de conocer, abandonado por “los del destacamento” en su huida… El sitio estaba bien ubicado: si venían por la carretera con tanques desde Villanueva de la Cañada, era la primera casa que se encontraban. Luego, a mayor distancia, en las fotos también aparece la fachada trasera de la iglesia, con un tanque soviético en marcha de paseo, o tal vez parado. En la diagonal del pintor, un burro descansando (imagen muy emotiva) al cuidado de varios milicianos, o quizá cuidando él a varios milicianos. En resumen, mucha tranquilidad y nada de violencia con prisioneros, eso es lo que transmiten las imágenes.

013tragediaygloria

Pero ¿esa era la realidad de aquel mes de julio en el que cambió el designio de los siguientes 80 años de España? Los delegados del Congreso para la Cultura, que coincidieron en Madrid, pidieron que los llevasen a ver el frente, porque se sentían incómodos con tanto baile y banquete. Así, les montaron una gira por Guadalajara, que era territorio republicano; fueron guiados por el comandante alemán Hans Kahle. En Torija les prepararon un pequeño desfile y escucharon exaltadas arengas, siempre a flor de piel. Al día siguiente los condujeron al sector de Villafranca del Castillo o al centro de mando, seguramente a Casa Palata;-21-  , desde donde tenían una magnifica visión del campo de batalla, pero de lejos. Los que se cita que fueron son los europeos en aquel momento afincados en París. Un alemán dijo que en España se luchaba «por la Cultura Universal». No hemos encontrado fotografías de ese momento. 

014casaplata

 Casa Palata actualmente, al fondo  Madrid y las Cuatro  Torres

Aquí entra en juego la hipótesis acerca de los negativos encontrados en la tan traída y llevada “maleta mexicana”, ya que las fotos de acción militar, que incluyen el bombardeo de una iglesia con torre, corresponden al pueblo de Quijorna. Así mismo, se pueden ven imágenes del Campesino y de un militar de aspecto extranjero en una tumbona; posiblemente fuera el general Walter, que sería quien dejó a Gerda llegar hasta el frente y le permitió tomarle fotos descansando. 

015tragediaygloria

016tragediaygloria

Estas fotografías, pues, corresponderían al día 9 o,10, que fue cuando se tomó la población de Quijorna, ya que la defensa de la misma por parte de los nacionales fue desde las propias casas y, sobre todo, emplazando ametralladoras en la torre, motivo por el que fue la parte del pueblo más castigada. Otra cosa es que esos negativos se clasificaran como “de la batalla de Brunete”.  

017puebloquijorna

 Pueblo de Quijorna Actualmente. Se aprecia que está en un hoyo y solo se divisa en parte la torre de la  iglesia. La torre no se reconstruyo como estaba en 1937

017puebloquijorna1

017puebloquijorna2

  018maletamexicana

Fotografías de la ”maleta mexicana”, posible charca en el rio Perales o en el Aulencia. 

019maletanegativos

Aspecto de las cajas con los negativos 

 En la misma se encuentran muchas  fotografías de Quijorna,  que fue donde perdieron la Batalla de Brunete, debido a la pésima gestión de los recursos que pusieron a  disposición de Valentín González alias el Campesino.

020generalwalter

021generalwalter

Aquí le vemos con el ”general Walter” una vez que habían conquistado  el pueblo 

Las fotos que Gerda obtuvo no eran convincentes,  fueron más las de los prisioneros de Brunete, junto a la victoria inicial de Lister y fue lo que se publicó y  divulgó por la prensa, creando en el fondo un espejismo, amplificado por  el momento y la propaganda del partido comunista, paradójicamente Quijorna, Villanueva de la Cañada y Villanueva del Pardillo pasada la Batalla de Brunete, quedaron en poder del Gobierno de Valencia y Brunete comenzó su carrera mitológica.

 022pueblobrunete

Fotografias del pueblo de Brunete en esos días de  julio de 1937

 023pueblobrunete

Gerda recorría los frentes de la batalla de Brunete siempre que hubiera algún mando de las Brigadas Internacionales: polacos, alemanes o rusos, a los que por lógica era afín y que por eso eran condescendientes en dejarla hacer su trabajo. Es muy posible que las fotos de los días 9 y 10 pertenezcan a alguna charca del río Perales, situado a dos km al oeste de Quijorna, o bien, aunque esto es más difícil, al Aulencia, posición la Mocha-Villafranca.

024gerdataro

Continuando con los negativos de la maleta mexicana, aparecen también en ese libro las secuencias del camión incendiado; esto pudo tener lugar en algún punto de los cuatro pueblos en los que intervinieron, si es que los negativos estuvieron almacenados juntos y fueron clasificados como de la batalla de Brunete. 

Sin embargo, presenta tres fotogramas del propio pueblo de Brunete,(inconfundible por su torre con cúpula neoclásica),  el primero con un cañón Vickers Armstrong de 114,3, emplazado en lo que ahora mismo es la confluencia de las calles Perdiz y Eras, a pocos metros del cementerio; pero éste no se ve, el cañón apunta en dirección al cruce de los Ventoros y la carretera de Sevilla la Nueva-Navalcarnero. También hay dos fotogramas más de periodistas o soldados descansando en el camino del cementerio, que es paralelo a la carretera de la Cañada, y se ven las casas y la torre muy enteras, de lo cual se deduce que aún no han sufrido bombardeos importantes; es por eso que indico que sería sobre los días 12 o 13 de julio.

No es posible encontrar, por esta vía, más fotos de Gerda Taro ni de Robert Capa realizadas en el pueblo de Brunete ni sobre la batalla que se libró en él y sus inmediaciones.

En esos días, Gerda vivía en el palacete Heredia Spínola, de la Alianza, y telegrafió a sus jefes de Ce Soir. Les dijo que se quería quedar unos días más, hasta ver cómo iba la ofensiva: «Me da la sensación de que los acontecimientos reclaman mi presencia», les comentó. Le dieron permiso. 

Pero el 14 de julio, fiesta nacional francesa, se encontraba de vuelta en París, donde se reunió con Capa y éste le propuso que se casaran y se fueran a cubrir el ataque japonés a China. Pero a Gerda tal idea no la sedujo lo más mínimo. Yo pienso que su cabeza estaba en Brunete, pues presentía que el desenlace de la ofensiva resultaría un fiasco; quería ser ella misma, y ella misma era más miliciana que fotógrafa. Aparte de que, aunque no es seguro, un tiempo atrás  Ted Allan también la pidió en matrimonio, y ella le dijo que a su amor lo habían matado los nazis, allá en Stuttgart.

025cesoir

Regresó sola de nuevo a Madrid sobre el día 23, y se la pudo ver por la carretera de El Escorial; iba por libre, ya conocía el terreno. Regresó a dormir al palacete, para lo cual recorrió andando 13 km. Estaba exhausta y comentó: «Mañana debo irme a las 6, tengo que conseguir buenas tomas». Así estuvo un par de días. No se entiende que no supiera que ya la balanza estaba volcada hacia el lado nacional, o quizá no lo quería reconocer. El domingo 25 telefoneó a Ted Allan y le pidió que la acompañara: «Es la última vez, ya me voy a ir para Francia, pero quieren unas buenas fotos y he conseguido un coche».

Llegaron sin gran problema hasta más allá de Villanueva de la Cañada, al sur de esa localidad, pero el conductor francés se negó a seguir a partir de ese punto, así que continuaron a pie por un trigal y arribaron posiblemente a una casa, El Olivar, donde encontraron al general Walter; éste les ordenó que se retirasen inmediatamente, pero ellos no hicieron caso; al revés, se introdujeron más en el término municipal de Brunete a través de los campos de trigo. Sobrepasaron, pues, El Olivar, y quedó a su vista el cementerio y parte del pueblo. Era sobre la una de la tarde. La aviación ametrallaba a los que quedaban en el cementerio de Brunete y a los que venían en desbandada. Ted y Gerda estaban refugiados en el cono producido por un obús. 

026brunete1926

Fotografia de 1925  Brunete en primer lugar,  al fondo Villanueva de la Cañada.

Ante su objetivo pasaba lo “verdadero” de la batalla, así que ella se sentía a gusto. Ted, en cambio, se encontraba al borde del pánico, y le suplicó que salieran de allí. En un respiro de los ataques consiguieron salir, y al hacerlo se encontraron con un médico escocés que miraba si había alguien con vida entre los muchos cadáveres. 

Ya no tenían más carretes, eran las seis y media y yendo hacia Villanueva de la Cañada divisaron un coche negro que también venía huyendo; lo pararon y gritaron intempestivamente: «¡Salud!». Vieron entonces que el vehículo transportaba a varios heridos; Gerda se tragó su arrogancia, menos mal que llevaban heridos —digamos que la aviación la había puesto de mala leche—; tiró sus cámaras en el asiento y ambos se subieron en el estribo tan aparente que llevaban los coches en esa época.

 La retirada de lo que quedaba del Ejército de Maniobra del Centro efectivamente no se hizo por la carretera. Rafael Casas, en su libro sobre Brunete, aporta una orden gubernamental dada a las 13 horas del día 25 por el Jefe del V Cuerpo del Ejército: 

Situación: las divisiones 11ª y 14ª, ante la presión enemiga, se ha replegado a la línea que, arrancando del cementerio de Brunete (ocupado por la 35ª División) se dirige hacia el nordeste, siguiendo el Camino de las Vacas. 

De este modo queda claro que el bosquecillo, bosquete u olivar en el que pretendieron refugiarse era El Olivar; cosa que corrobora la aviación, ya que, a pesar de que por un equívoco casi bombardeó el cementerio, cuando ya estaba ganado descargó en los que huían allí donde pretendían camuflarse, es decir, en El Olivar. Esto independientemente de que hay otra versión que explica que la aviación atacó porque detectó que venía una reserva para socorrer a los que estaban en el cementerio; y a éstos los aniquilaron. En esa época, entre el El Olivar y el camino del Cerro de las Vacas, por el Pozo Artesiano, había como quince fanegas de olivos ya grandes; se puede ver en fotos de 1925.

 027generalwalter

Un tiempo después; el “general Walter “ con su coche y su chofer, Alex Szurek

 Añadir a lo anterior algunos datos sobre la batalla de Brunete. En primer lugar, en ella se aplicaron técnicas nuevas debido a las prestaciones de los modernos aviones o a ingeniosas maneras inventadas para destruir al enemigo. Una de ellas era “la cadena”: para formarla colaboraban entre seis y diez aparatos. Después de localizar un objetivo, un primer avión se lanzaba en picado, ametrallando; una vez superado el objetivo entraba en la misma fase el siguiente avión. Terminado el ciclo, el primero entraba de nuevo en posición, formándose así una cadena; no transcurrían más de diez segundos entre uno y otro, y se podía estar 20 minutos atacando, tras lo cual casi siempre el objetivo quedaba inactivo. 

028dibujodelaepoca Un dibujo de la época escenificando la tragedia

029cheveroletmatford

  Modelo de vehículo  Chevrolet Matford  restaurado 

Otro método consistía en bombardear los frentes o zonas que se sabían ocupadas por el enemigo incluso en retaguardia o segunda línea. Todas las noches, a partir de las diez, llegaba un solo avión y bombardeaba no más de dos minutos. Para ello era guiado desde tierra con un tipo de luz baliza en el suelo que se colocaba cada 100 m. Una vez que el primer avión descargaba su munición regresaba guiado por brújula; un segundo avión aparecía en la misma línea, pera ya se guiaba por los incendios producidos por el anterior. Entre uno y otro no se distanciaban más de diez minutos, y así hasta el amanecer, consiguiendo un efecto demoledor desde el punto de vista material, pero sobre todo psicológico.

Pero lo que posiblemente Gerda plasmó en sus carretes desde el cono del obús —ya que por esa zona no existen refugios naturales, es prácticamente llano más al este del Olivar— es el método de bombardeo en cuña. Se compone de una formación de ocho o diez bombarderos cargados con proyectiles de 100 kg. Soltadas las bombas al unísono y guardando los aviones su velocidad, distancia y formación, se consigue un pasillo de una anchura en torno a 500 m, en el que la vida brilla por ausencia; como resultado todo queda yermo y calcinado. Así pueden peinar cuatro pasadas. 

De todos modos, ese día la aviación nacional realizó tres misiones: al amanecer en el casco urbano y el cementerio; la segunda, sobre las tres de la tarde en El Olivar; y la tercera hacia Las Asperillas, (aproximado el Mirador del Romero)en la carretera que va de Valdemorillo al Escorial y también la de Colmenarejo, con el fin de disuadir si venían refuerzos, ya sobre las siete de la tarde.

030gerdayted

Gerda y Ted iban, cada uno a un lado del vehículo, más al este de Villanueva de la Cañada —aproximadamente por la zona donde ahora están la UAX y el Aquopolis—; campo a través adelantaban y les adelantaban a ellos vehículos de todo tipo; se estaba produciendo una desbandada general en la que se veían rostros desencajados, en estado de shock, movimientos mecánicos e histéricos gritos de dolor. Era el resultado de quince días de sangre, sudor, sed, muerte, calor y falta de sueño. Se podían ver tanques que serpenteaban entre la gente en dirección a Valdemorillo. De nuevo la aviación apareció en pasadas a baja altura; prácticamente habían sobrepasado Villanueva de la Cañada por el este; esa zona es una planicie, en verano los coches podían ir campo a través. La carretera que existía entonces no era aconsejable, por constituir el mejor objetivo para la aviación. Continuaba la avalancha de personas y vehículos, muy diseminada. 

031aspectoactual

 Aspecto actual de final dela llanura de Villanueva de la Cañada donde empieza las cuestas de las Asperillas, previo al Mirador del Romero.

 032carrot26

Aníbal González, el conductor  del carro de combate  T-26, a la  izquierda, con un camarada ruso, algún tiempo después, él no se enteró de lo ocurrido se lo dijeron horas después cuando ya estaban por Valdemorillo. 
 Cortesía de Fernando Cambronero 
Publicado por  Jacinto Antón; 12 de junio de 2009 en  EL PAÍS

Después de tantas versiones sobre su trágico accidente, parece lógico pensar que lo que sucedió fue lo siguiente: una vez rebasada la loma de lo que hoy es una gasolinera Shell y la rotonda de donde sale la nueva M-503 y el valle siguiente, en el que la carretera presenta una recta, a la derecha surge un ramal que viene de Villanueva del Pardillo; a los pocos metros, los vehículos necesariamente tenían que entrar en la carretera, ya que empezaban las cuestas de las Asperillas, y los barrancos y enormes piedras del inicio de la sierra madrileña no permiten circular a los vehículos de motor. Con lo cual lo más probable fue que se formase un cuello de botella, a pesar de que con ello quedaban más expuestos a la aviación. 

Un tanque se afanaba por entrar en esa carretera; el conductor del coche en el que iban Gerda y Ted, por esquivarlo dio un volantazo y frenó; a Ted lo pilló contra una piedra, mientras que Gerda salió despedida por el otro lado, precipitándose hacia el tanque y escurriéndose bajo sus cadenas; éste le pasó por encima, mientras que al coche ni lo rozó. El conductor del tanque no la vio, de modo que siguió su camino. Casualmente, los ocupantes de una ambulancia que pasaba los atendieron bajo la munición de los aparatos del Grupo Romeo, que eran los encargados del ataque a tierra y venían desde Griñón. Gerda se despertó en la ambulancia.

La llevaron al Escorial, a un hospital que llamaban “inglés”, de nombre El Goloso. Ya en el trayecto le transfundieron sangre; aunque la herida era mortal llegó consciente y preguntó por sus cámaras, dijo que eran nuevas. El doctor Douglas Jolly trató de recomponer su malogrado vientre. Según María Teresa León, Gerda fumaba rabiosamente mientras la “operaban”. Pero poco se podía hacer, y finalmente la dejaron con las enfermeras Annemari Brasch, húngara, e Irene Goldin, norteamericana, para que le administrasen morfina. El hospital estaba repleto de heridos. Con resignación murió al amanecer del lunes 26 de julio, y en el parte del Jefe de Sanidad de Maniobras figuró su muerte, en la categoría de periodistas. Su compañero Ted estaba destrozado, y llamó a Rafael Alberti, que llegó al Escorial con María Teresa, y ambos comenzaron las gestiones para trasladar su cadáver a Madrid.

En el círculo intelectual en el que pasó sus últimos días, la casa de la Alianza, todo era pesar y palabras conmovedoras.

 Mundo Obrero no informó de la realidad, como si los 35 000 muertos de la batalla de Brunete fueran un mal sueño; el titular fue: «Gerda Taro ha caído en el frente». Ya en páginas interiores decía que: «Su muerte debe ser ejemplo para todas las mujeres que sienten la causa de la justicia hasta la propia muerte». 

Su cadáver fue enviado a París vía Valencia. En sus manos llevaba una bandera republicana. Allí todo el Gobierno expresó sus condolencias, y la realidad de la batalla de Brunete quedó eclipsada por la fama de antifascista que Gerda tuvo en vida. Prácticamente los republicanos no tuvieron más noticias en los cinco días siguientes, todo era exaltación de su valentía y de «la lucha épica del pueblo que no quiere sucumbir bajo la tiranía de los invasores», en palabras de María Teresa León. 

En Port-Bou organizaron una pequeña ceremonia de homenaje antes de cargar su féretro en un vagón de los ferrocarriles franceses. Todo se repitió cuando sus restos llegaron a París; la recibieron su padre y Capa, que estaba tremendamente trastornado y se sentía culpable de su muerte. El padre de Gerda se lo reprochó y se enzarzaron a puñetazos y empujones; alguien se llevó a Capa del cementerio. Era el 1 de agosto, ella hubiera cumplido ese día 27 años.

Ce Soir publicó un reportaje póstumo con diversas escenas de acción: un soldado disparando desde una trinchera, un grupo avanzando en campo abierto, un camión en llamas, un campanario destruido… y una curiosa imagen de un hombre atándose los cordones de una bota, mientras en el otro pie calza una alpargata. Esas fotos no son del pueblo de Brunete ni de la derrota y masacre sufrida por el ejército republicano el día 25 de julio; son de los días anteriores, cuando el Ejército del Campesino tomó Quijorna, sobre el 10 o 12 de julio. En mi humilde opinión, las fotos que realizó desde el suelo, soportando los bombardeos y casi a dos km del casco urbano y del cementerio de Brunete, en cota más baja y con mala perspectiva de la localidad, nunca se han publicado; si es que se salvaron de aquella epopeya en la que perecieron centenares de personas.

033tumbagerdataro

Diferentes fotos de su tumba  en Paris, a lo largo de los años, originalmente fue la de arriba, los alemanes borraron la inscripción y después se colocó de nuevo. Como se puede apreciar cada vez se la recuerda más, como el que busca un referente para adorar una doctrina o un dios.

No anoto los innumerables detalles de afecto que posteriormente surgieron de todos los comunistas de París, enternecidos por la juventud y el recuerdo de Gerda. En 1938 se organizó en Nueva York una exposición con fotos de Robert Capa, pero ya no se distinguían cuáles eran de cada uno. En ese momento él trabajaba para Life. Después de años de censura pura y dura y de otros cuantos de ostracismo y olvido, fue en 1975 cuando la revista española Gaceta Ilustrada publicó un cuadernillo especial con fotos de Capa comentadas por Ricardo de la Cierva. Éste hizo hincapié en el odio a la guerra en sí como razón de la insistencia del fotógrafo en los temas de la muerte y los refugiados, sin lugar en el presente, ni horizonte de futuro.

Después —es evidente que no les contaría esto si no fuera por internet y el acceso a la información—. El espíritu que ella “vendió” e inspiró lo refleja muy bien Anthony L. Geist en el Libro;  La maleta mexicana, publicado hacia 2012: 

«Por un lado, una instantánea es un momento detenido en el tiempo. Despoja a la temática de la cronología y la secuencia y la convierte en algo estático e icónico (la controvertida muerte de un miliciano de Capa es un ejemplo). Por otra parte, ‘las fotografías son artefactos de vida ilimitada’, como sostiene Judith Fryer Davidov. La diferencia básica entre el éxtasis y la “vida ilimitada”, es el contexto como marco histórico general de la Guerra Civil española y de la movilización ideológica de los medios de comunicación. Tanto Capa como Taro eran conscientes de la dimensión internacional de la guerra y pusieron su arte al servicio de la causa republicana. La “objetividad” no era su meta. Se esforzaron en mostrar al mundo los efectos del fascismo sobre la población civil. Su objetivo al fotografiar la batalla de Brunete fue aportar pruebas visuales de que el ejército republicano estaba ganando fuerza» (pág. 278). 

Todo esto es lo que más se “vendió” de Brunete, y es también lo que desde ese momento dejó un poso descorazonador y frustrante para muchos españoles, lamentablemente por falta de información, o simplemente como sucede cuando compras un diario, que quieres leer lo que ese periódico, afín a tus ideas, te va a contar y recompensar. Si bien, en los últimos años parece que se está regresando a la radicalización victimista y polarizada, llegando a paranoias surrealistas con ánimo de reescribir y publicitar lo que no fué. Eso es lo que les ocurre a muchos; para ellos Brunete es la asignatura pendiente; el parón a lo que llamaban libertad se materializó con la pérdida de la irresponsable y obsesionada periodista, “justificable” sólo por su experiencia personal, que en ningún momento era posible trasladar al análisis de lo que estaba aconteciendo en España. 

Pero se había extendido el halo antifascista, anticlerical, anti… todo, y fue motivo de fracaso moral y confianza en unos principios que la otra España tenía muy claros. Sin embargo, desde ese momento asumieron el victimismo, estrategia que a veces da resultado. 

Con estos antecedentes, la reconstrucción de Brunete significó, y lo sigue haciendo, un duro golpe a unos ideales que nunca se materializaron, y cuyos sostenedores, al más mínimo desajuste sociopolítico, sienten la nostalgia y necesidad de volver a experimentar lo que sus abuelos les contaron; con agrio resentimiento, sacando del armario el fascismo como excusa para luchar contra algo, sin reconocer que lo mejor que le pudo pasar a este país es que el comunismo fuera derrotado, pues fue ésa la clave del periodo de paz, estabilidad y progreso más largo de la historia de España.  

En absoluto estoy en contra del derecho a la información que ejercen los periodistas, pero un reportero de guerra debe ser consciente de que está en medio de una contienda y de que puede encontrar la muerte casualmente —como le pasó a Gerda y años más tarde a Robert— o intencionadamente, como también a otros/as les ha sucedido.

De todos modos, aquella difusión de la Guerra Civil española que deslumbró al mundo, y su momento más intenso, en aquel París del mes de julio de 1937, tuvo el lado opuesto a la simbología que ellos mismos iniciaron, y aquél se materializó en la reconstrucción de Brunete.

Una de tantas connotaciones la vemos en los versos que Neruda escribió en París y dedicó a un cubano, se supone  brigadista, que murió en Brunete: 

 Allí yace para siempre un hombre que entre todos destacó
como una flor sangrienta, como una flor de violentos pétalos abrasadores.
Este es Alberto Sánchez, taciturno, fuerte y pequeño de estatura,
capitán de 20 años del Ejército miliciano.
Teruel, Garabitas, sur del Tajo, Guadalajara,
vieron pasar su claro corazón silencioso.
Herido en Brunete, desangrándose, huye de la camilla y corre otra vez 
al frente de su brigada. El humo y la sangre lo han cegado.
De todo su cuerpo sale a borbotones la sangre nuestra,
y en el suelo de Brunete su cuerpo queda como una bandera 
hecha de todas nuestras libres banderas (…).
… En esta humedecida de enredadera y nube, de petróleo y de llama,
en esta nueva tarde terrestre, desangrada en la rueda del martirio humano, 
desangrándose toda la tierra, con la libertad desangrándose, 
recordemos al que duerme en Brunete, en España.
Duerme para que nosotros estemos despiertos, para que la tierra
no amanezca dormida,
y para que su pobre corazón desangrado
un día se oiga vuestro paso, vuestro canto, mi canto,
que cantaremos llorando un poco, sonriendo un poco
junto a la tumba de nuestros hermanos caídos.

 Militarmente, Brunete se destruyó porque la punta de lanza que lo conquistó sin ninguna resistencia ni combate, el 6 de julio, se parapetó en sus casas, y sobre todo en sus cuevas, unos pocos en unas mínimas trincheras ineficaces —en el oeste hacia la que hoy es la calle Labrador, zona de la Residencia Geriasa y calle del Pilar, y en el este en la zona de la calle Arantxa Sánchez Vicario y calle Velázquez—. Recordemos que no hay refugios naturales, es una planicie ondulada; con lo cual, una vez superadas las derrotas de la aviación franquista de los primeros días, la supremacía aérea del bando nacional propició la victoria. Pero para ello fue inevitable la destrucción del pueblo “aprendiz de manchego” que era Brunete, y de su cementerio. A consecuencia de ello fueron casi totalmente irrecuperables los restos mortales de nuestros antepasados. Pero he de puntualizar que la población de Brunete no intervino en tan horrenda lucha y, cuando regresó una vez terminada la contienda, solamente consiguieron reparar cuatro casas y darles provecho, aparte de las paredes de la iglesia. 

034jornadatriunfal

Una de las descripciones que  impresiona  fue la de Luis de Armiñán;-23- publicada en Fotos. Semanario Grafico de Reportajes, el 31 de julio de 1937. En ella decía: 

<<BRUNETE Y SUS BRUJAS>>

Brunete se esparce —se esparcen sus casas como dientes mal colocados— en una caída suave de la llanura. No muy lejos el monte bajo, conejero, que los cazadores madrileños conocen bien.
La plaza, destartalada, tenía ya los zarpazos de la metralla. Anoche ardía aún.
Un día reconstruyeron la iglesia. Y otro —ahora— ya no existe. Sus callejuelas son escombros; la mísera apariencia de las casas sin ventanas, fue.
En todos estos pueblos existen leyendas de trasgos y brujas. Brunete guarda las más sabrosas. Las damas desflecadas y sabadeñas deben tener odio al pueblo y, de acuerdo con los rojos de todos los demonios, quisieron destruir el burgo mísero. Han sido aventadas para siempre.
Y Brunete, famoso ya por la sangre que se ha vertido, queda en España.
Calcinado por el fuego de los hombres, ardiente por el sol, con sus campos amarillos que pueblan los cigarrones saltarines de alitas rosadas». 

Cuando se plantearon reconstruir Brunete, y una vez tomada la decisión de hacerlo en el mismo sitio, crearon una parcelación y urbanización conforme a la orografía del terreno, y muy similar a la situación de los elementos públicos existentes previamente. Solamente el estilo escogido, el escurialense, puede llamar la atención, pero estamos a 30 km de El Escorial y a 15 de Valdemorillo, que es donde hay buena piedra, así que se edificó un conjunto urbano práctico y con el mejor estilo de su entorno geográfico, volcándose en una esmerada, económica y a veces ingeniosa construcción por parte de Regiones Devastadas.

Desde aquí mi reconocimiento y agradecimiento a todos los que intervinieron; desde los arquitectos, aparejadores y delineantes, con multitud de propuestas, hasta los albañiles, capataces, listeros, peones y demás trabajadores, incluido el grupo de personas del llamado Campamento de Trabajadores, que cumplían pena por haber estado en la “otra España”. Ellos dieron ejemplo de convivencia y en muchos casos llegaron a ser honrosa parte, quedándose a vivir en el propio pueblo que hicieron con sus manos. 

Finalmente se sacrificó el elemento sobresaliente que en principio representaría la victoria de la batalla de Brunete, obligados por la realidad económica. Y es que el presupuesto lo absorbió la consolidación del terreno, debido a la inmensa cantidad de cuevas que el Brunete bajo-medieval y renacentista poseía, patrimonio al mismo tiempo de su riqueza vinícola y agraria. 

Con lo cual, a nosotros nos entregaron unas casas que a algunas familias les parecieron un lujo sin sentido y a otras un despropósito para su economía, ya que habían sido diseñadas desde la teoría urbanística de la modernidad. Además, eran alquiladas, a módico precio, pero alquiladas. Esto obligó a reorganizar los hábitos de vida de la gente, incluida  la higiene, ya que se disponía de agua corriente y sistema de alcantarillado sin distinción, es decir, en todas y cada una de las viviendas.  

En ningún momento nos planteamos la cuestión de si éramos un símbolo del pragmatismo y el racionalismo, o si la iglesia estaba más alta que el poder jerárquico del Ayuntamiento, o si lo estaba la casa de Falange. En todas las manzanas que se construyeron, ocho en total, había casas de varios tipos, para familias de distintas clases sociales, y eso significó que no éramos comunistas.

Por otro lado, sobre todo la plaza y el conjunto que forma con la iglesia nos parece muy bonito, a pesar de que algún intelectual lo tildó de «escenario teatralizado, sin nada detrás». Parte de razón tenía, ya que nunca llegó la industria a Brunete. Sus pocos vecinos se resignaron a digerir el cambio agarrándose al terruño y a la vida con uñas y dientes.

En varios sitios se colocaron placas con letreros, un escudo en lo alto de uno de los edificios y algún monumento conmemorativo, y nos pareció bien. Otra cosa es que  actualmente se  radicalice lo urbano como simbología de unos hechos de hace 80 años; y que cuando ya estaban casi borrados y descoloridos, igual que las letras de sus placas, por la erosión de los tiempos y sin más valor que el puro de un estilo arquitectónico —y aquella época superada—, se reavive el odio previo a la Guerra Civil. Y por lo que, aparentemente en opinión de algunos, representa, vengan otros a Brunete con ánimo de quitar las cosas de donde se pusieron, y exigiendo que las cambiemos de sitio o las escondamos, como si haber ganado aquella batalla y la Guerra en sí fuera vergonzoso y hubiera que disimularlo, convirtiendo aquella simbología en ilegal, en virtud de una ley concesionaria de mezquinos enjuagues políticos.

 035Placasplazamayor1   035Placasplazamayor2

 Placas en la plaza Mayor, son  de mármol y se situan  en ambos lados de la escalinata de subida a la iglesia.

036fachadaoeste

Fachada oeste de la Plaza , en principio fue la sede de F.E.T. y de las J.O.N.S.

037cruzdeloscaidos

 Cruz de los Caídos;  tiene inscrito los nombres de Jose Antonio Primo de Rivera y de cinco personas de Brunete que desaparecieron aquellos días de julio de 1937

038motivoornamental

 Motivo ornamental en todas las chimeneas de la plaza Mayor es: mas bien parece ser, una estrella de David, prestándose a múltiples interpretaciones

039anagramavictor

También en las cornisas superiores y otros sitios de la Plaza está pintado en rojo, sobre la piedra de granito el anagrama VICTOR 

Nosotros —me refiero a mis paisanos, a mi generación— no conocimos otra iconografía subyacente. 

En conversaciones con amigos de mi edad, y mayores, pero de otras ciudades o pueblos,  me hicieron ver lo que fueron los años del hambre, que yo no he vivido ni percibido, y se sorprendieron de que yo no tenga esa idea. Lo más aproximado es lo que he visto en películas filmadas en los años 70 y 80, donde se representan la España en alpargatas, los desconchones en las paredes de adobe y las mujeres de negro, no sé si de luto, ya que todo era blanco y negro. 

040donangel

En Brunete eso no se conoció, salvo la sotana  del cura D. Angel  y, tal vez  las casas que se quedaron fuera del casco de Regiones, «como dientes mal colocados», que sucumbieron en los años 60. Yo lo he visto en color, a pesar de alguna excepción,  como en las películas y anuncios que también se hicieron en el pueblo por ser escenario “idílico”,  aunque algunas de las últimas han sido preñadas subliminalmente de mensajes de todo tipo. 

De este modo nos queda ese Brunete contradictorio, austero unas veces y remilgado otras, básico y simple, al que dibujaron de nuevo como si fuera una prueba para acceder a la modernidad. En ella se encuentra todavía, examinándose, sin importar los años que deba dedicar a ello y sin saber si verdaderamente lo desea. 

Feliz 75 aniversario.

 ANEXO: OTRAS CONMEMORACIONES Y SINBOLOGIA

 041placacongreso041placacongreso2

 Placa que se colocó en 1949 con motivo de un congreso político celebrado en la plaza al que asistieron casi mil delegados.

 FIEL A LOS MUERTOS EN EL X  AÑO DE 
LA VICTORIA EL FRENTE DE JUVENTUDES
RENUEVA SU JURAMENTO DE SERVICIO
A ESPAÑA LEALTAD AL CAUDILLO Y 
HERMANDAD EN LA FALANGE
MCMXXXIX          MCMXLIX

Tiene arriba tres símbolos de la falange; el yugo, el escudo  del Frente de Juventudes, (damero sobre cisne)  y  las cinco flechas. Hoy día no se aprecian.

 042diadelaprovincia042diadelaprovincia2

En 1957 se conmemoró el día de la Provincia con ese motivo se construyó un frontis en piedra blanca con la señal de la Cruz en relieve y con un largo texto, en lo que eran las eras de San Pedro, o  del Reloj, posteriormente en los años 1970 se trasladó a su ubicación actual en la rotonda delante del cementerio.

El texto dice:

En estos campos de Brunete.
Reconquistados para la Paz de España
Bajo el mandato providencial de Francisco
Franco, corrió durante la cruzada la mejor 
Sangre  Española el Heroísmo de los que
aquí combatieron defendiendo los ideales 
de la auténtica España
Marcó un Hito glorioso en la lucha por 
La Victoria final impidiendo el 
levantamiento del cerco puesto por el 
Caudillo a Madrid.
Brunete siempre será un símbolo de los que
supieron entregar todo cuanto poseían su 
vida incluso en Holocausto a España.
La Diputación provincial de Madrid en 
la conmemoración del día de la provincia 1957,
erige esta Cruz como Homenaje a su Gloria
y a la del ejército y milicias en las 
que combatieron Encuadradas. 

Este fue el último acto que tuvo lugar en Brunete anexo a su simbología, con desfile de carrozas alegóricas a los oficios incluidos los pueblos limítrofes y también  una parada y desfile militar con carros de combate.

Desde entonces su población entró en un periodo como toda España, autárquico y plano, muchas familias dieron el salto a Madrid. Brunete sin embargo  se desperezó un poco  con la  llegada de nuevos habitantes  provenientes de Extremadura, Avila y otras provincias del oeste de la península. 

brunetecementerio001Foto actual al lado del cementerio, al fondo el depósito del agua